EL CHICO MALO DE LA DANZA Y UNA JOVEN TRANSGÉNERO SON LOS PROTAGONISTAS DE ESTAS DOS INTERESANTÍSIMAS PROPUESTAS CINEMATOGRÁFICAS
Sabéis que en Pilates Málaga Center somos muy cinéfilos. Y si además de pasar un rato agradable disfrutando de buen cine, podemos aunar otra de nuestras pasiones, como es la danza, es casi una obligación publicarlo en este blog.
Existe una gran vinculación entre el Pilates y la danza. Uno de los mejores ejemplos es la figura de la gran Lolita San Miguel. Certificada por el propio Joseph Pilates e instructora del Método, que sigue en activo a sus 83 años, y se dedicó profesionalmente a la danza como bailarina y maestra, llegando a ser solista del Metropolitan Ballet durante diez años.
Pues bien, los amantes del Pilates y de la danza, estamos de enhorabuena porque podemos disfrutar de dos producciones audiovisuales que, os aseguramos, no os dejarán indiferentes.
La primera propuesta es la cinta de Lukas Dhont, Girl (2018), estrenada en el pasado mes de septiembre en nuestro país, , tras su paso por el Festival de Cine de Cannes, donde ha logrado el premio del Jurado a la mejor interpretación dentro de la sección Un Certain Regard.
El film narra la historia de Lara, que nació como chico, y la relación que ésta mantiene con su cuerpo. Hay una doble lucha en la película, por un lado, la que sufre como bailarina y la disciplina a la que debe someter a su cuerpo, y, por otra parte, el conflicto de una joven en edad de desarrollo que está a punto de empezar su tratamiento. La idea que plantea la cinta es, por tanto, dual: aprender a bailar ballet es un largo camino, al igual que el difícil y agotador reto que conlleva cambiar de cuerpo.
Para coronar la película, hay que destacar las interpretaciones de los actores. Lukas Dhont tuvo la maravillosa suerte de encontrar a Victor Polster. El joven, estudiante de danza, encarna a Lara con valentía y dulzura ofreciendo a la cámara su mirada radiante. Es el corazón de la película, de casi todos los planos, apoyado por la interpretación de Arieh Worthalter, en el papel de su padre. Un padre cariñoso, benevolente, y que sin parar, nos muestra su impotencia frente a los tormentos de su hija.
Con una temática tan potente y apasionada y unas interpretaciones desgarradoras, Girl evita el sensacionalismo y acompaña con una empatía asombrosa el trayecto íntimo de una joven transgénero que parte al reencuentro de su cuerpo.
La otra propuesta es Dancer (2016), documental sobre el “chico malo de la danza”, Sergei Polunin, que con veinte años se convirtió en el miembro más joven del Royal Ballet. Pero un par de años mas tarde, la vida de Sergei dio un giro de 180 grados, en el momento más álgido de su carrera, que le llevó a dimitir y amenazar con abandonar la danza para siempre.
En febrero de 2015 su coreografía de ‘Take Me To Church’ de Hozier se hizo viral. El vídeo, que a día de hoy cuenta con 20 millones de visitas en Youtube, redescubría al artista, que al liberarse de la rigidez de su profesión por fin encontraba una manera de compartir su angustia. Previamente, y tras su marcha del Royal Ballet se había convertido en la estrella de un reality de talentos que no estaba a la altura del suyo.
Por todo ello, no es casualidad que la primera escena de Dancer sea un fragmento del vídeo en cuestión, dirigido por el rompedor fotógrafo y realizador norteamericano David LaChapelle, amigo íntimo del bailarín ucraniano y uno de los principales culpables de su renacer artístico.
Puede que Dancer sea una estrategia de marketing dirigida a relanzar la carrera artística del James Dean de la Danza, pero lo que es cierto es que Sergei Polunin ya es una leyenda viva. Lo que venga a partir de ahora nadie lo sabe. Dancer no pretende sentenciar el pasado del bailarín sino más bien afirmar, que es necesario marcar un punto y aparte en la trayectoria profesional de Polunin.